Dejamos nuestras velas, invertimos el rumbo y nos dirigimos en la dirección de ellos. El capitán de la Guardacostas nos solicitó información adicional de identificación de nuestro barco y nuestro último puerto de partida, que incluye la fecha, hora y puerto de salida. También pidió el momento exacto de llegada a Los Roques. Luego nos preguntó nuestro destino al cual siempre le conteste Bonaire.
Al acercarse a nuestro Buque de nuevo el Capitán del Buque “Fumarel” nos preguntó sobre nuestra hora de salida desde Puerto La Cruz y la fecha que ya habíamos proporcionado. El capitán ordenó entonces que asumiéramos rumbo hacia el Gran Roque para hacernos una inspección de seguridad marítima a nuestro buque bajo su escolta. Cumplimos la instrucción de establecer otro rumbo y dirigirnos hacia el rumbo 68 grados hacia El Gran Roque. El Capitán de Guardacostas nos preguntó cuál era nuestro rumbo y siempre le conteste aproximadamente 68 grados, entonces nos ordenó asumir al 090 º.
Le informé al Capitán que con el velamen izado no podríamos navegar al 090°, ya que iba directamente contra el viento. Luego me dio instrucciones para utilizar el motor de mi buque y yo le respondí que no podía utilizar el motor porque no teníamos el combustible necesario para completar nuestro viaje hasta Bonaire. Dado que el combustible no se vende a los buques extranjeros en Venezuela, mi reserva de combustible era limitado. Entonces procedí al norte-noreste en un rumbo a estribor hacia El Gran Roque. Luego de 45 minutos de nuestro viaje de regreso, el Patrullero Guardacostas “Fumarel” se aproximo al costado de nuestro barco y señaló manualmente asumir rumbo hacia el sur en dirección al Gran Roque y la cadena de islas. Mi rumbo original me habría llevado al norte y yo podría haber hecho una sola derrota que hubiera llevado a mi barco directamente al Gran Roque, evitando así los peligrosos canales y bajos de Los Roques, con los que yo no estaba familiarizado. Hice un cambio hacia babor con las instrucciones y me dirigí al sur, hacia los canales de la isla y continué al este / sureste hacia El Gran Roque.
Al acercarme a Los Roques estaba otra vez cayendo hacia el norte aproximadamente al rumbo 67 a 70 grados en dirección a El Gran Roque. Después de unos 30 a 40 minutos hice un cambio del velamen a babor, para tratar de llevar mi buque una vez más hacia el suroeste del canal del cayo Noronqui. Al entrar en el canal, el Capitán del “Fumarel” se comunicó por radio y nos preguntó cuáles eran nuestras intenciones. Le informamos de que nuestra intención era ir a Bonaire, nuestras intenciones originales, entonces me indicó que siguiéramos hacia El Gran Roque. A medida que avanzábamos hacia el sur por el canal, la información de mi GPS no correspondía con mis sondeos de profundidad. Yo estaba entrando en el canal que se mostraba en mi Carta Náutica entre Cayo Crasqui y el Cayo Noronqui Arriba, sin embargo, los sondeos de profundidad no correspondían con la información proporcionada por el GPS.
A medida que pasábamos por el canal, el Capitán del “Fumarel” vía radio, me pedia que lo siguiera a un rumbo norte que nos llevaba directamente a una zona de arrecifes rocosos. Le informé que la zona no parecía ser segura para nuestro paso e insistió en que procediéramos en una dirección este hacia El Gran Roque. Todo esto mientras tripulantes del buque Fumarel apuntaban sur armas hacia nosotros. En este momento, encargó a un miembro de la tripulación para solicitar nuestra ubicación exacta y se dio cuenta de que nos estábamos acercando a un arrecife al este del Cayo Noronquis, en ese momento ya era tarde y al tratar de dar la vuelta con el buque para salir del lugar a través de la vía por la que entramos en el barco, el mismo encalló en un arrecife rocoso aproximadamente a las 5 y 10 pm.
El buque comenzó a inclinarse para el costado de estribor en un ángulo de 45 grados. Entramos en pánico y como señal de supervivencia, decidimos abandonar el buque, temiendo que iba a voltearse al revés y pusimos en marcha nuestro escape y procedimos a una playa cercana ya que la noche se acercaba, en el dingy, bote de goma. Creo que el capitán del Patrullero “Fumarel”, sin el conocimiento de las aguas internas de Los Roques, su singular enfoque en el proceso de inspección y nuestra devolución al Gran Roque y su inexperiencia evidente en el conocimiento con los buques a vela, colocaron mi vida y la de mi familia en peligro y ha contribuido a que ocurriera este accidente. Si me hubieran permitido continuar en mi rumbo 67 grados al norte / noreste, por supuesto a mi regreso a Gran Roque el accidente no hubiera ocurrido nunca.
JEROME M HARRIS CAPITAN/DUEÑO B/V “APUEJ BIEN”
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